Apoyo mutuo frente a la vulneración de derechos humanos

Foto tomada en la ciudad de Cali, Colectivos Cali

Paro nacional y violación de derechos humanos

El 28 de abril se convocaba un paro nacional en Colombia. ¿Las razones? La reforma tributaria planteada por el gobierno neoliberal de Iván Duque, delfín de Álvaro Uribe, aumentaría el coste de la canasta básica hasta en un 14%, según algunas estimaciones, al aumentar entre otros el IVA de productos básicos.

Pero esta propuesta de reforma fue solo la gota que colmó el vaso ya que se sumaba a la reforma planteada del sistema de salud (Colombia cuenta con el sistema de salud más neoliberal de toda la región) que aumentaría la privatización de un sistema ya de por sí tremendamente injusto; también el gobierno había planteado una reforma de las pensiones, en clara continuación de sus políticas ultraneoliberales. Por si no fuesen suficientes razones para salir a protestar el país se encuentra sumido en una grave crisis económica y social consecuencia de la pandemia mundial por la covid 19; Colombia ha sido uno de los países más duramente golpeados por la enfermedad y las políticas del gobierno de Duque tampoco han acompañado para suavizar el golpe.

Foto tomada en la ciudad de Cali, Colectivos Cali

Con estos antecedentes fue que se inició el paro el día 28 de abril, que derivó en una ola de protestas sociales masivas a lo largo de todo el país, a través de las cuales se demandaban (y se siguen demandando) cambios estructurales relacionados con medidas eficaces contra la desigualdad y en favor de la protección y los derechos de los sectores de la población con mayor vulnerabilidad. Las protestas masivas han sido mayoritariamente de carácter pacífico y, frente a ello, el gobierno respondió desde el primer minuto recurriendo al terrorismo de Estado; pero la población colombiana, los de abajo, las indígenas, las afrodescendientes, los jóvenes, la clase trabajadora, se unieron para protestar si cabe más fuerte. Hoy, a un mes desde que se inició el paro la lucha sigue en pie.

Nuestras hermanas colombianas nos han demostrado que la protesta social logra cambios reales. Dimitió el ministro de Hacienda, impulsor de la reforma fiscal, Alberto Carrasquilla, y el viceministro, Juan Alberto Londoño, se paró la reforma fiscal y la de salud. Pero también las pérdidas han sido numerosas. Según datos de la ONG Temblores y la organización INDEPAZ, que desde el inicio del paro están haciendo una labor titánica para compilar todas las violaciones de derechos humanos por parte del estado, hasta el día 26 de mayo 60 personas han sido asesinadas en el marco del paro, de las que 43 habrían sido a manos de las fuerzas de represión del Estado; al menos 346 han sido desaparecidas, se han cometido 22 agresiones sexuales por parte de la policía, 46 personas han sufrido lesiones oculares y más de 1.300 detenciones arbitrarias han sido denunciadas.

Los colectivos de abogados que defienden los derechos humanos están completamente desbordados, las organizaciones sociales no tienen un minuto de descanso entre continuar las protestas, hacer misiones de acompañamiento a la primera línea, interponer denuncias, tejer alianzas y seguir presionando a las instituciones. Por su parte la comunidad internacional únicamente ha rechazado tibiamente la violencia y a instado al diálogo al gobierno de Duque y al comité del paro, sin que ello se haya concretado en medidas de presión concretas que pudiesen obligar al gobierno colombiano a tomar medidas reales para poner fin a esta crisis social. Iniciativas como la de Comisión Interamericana de Derechos Humanos han sido frenadas por el gobierno de Duque que una vez más, como ya hiciera en anteriores ocasiones, pone trabas a este tipo de misiones de verificación, como ha demostrado también con la reciente deportación de Juan Grabois, dirigente social argentino, integrante de la Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos que se encontraba en el país. Las manifestaciones a nivel mundial, sobre todo en las ciudades europeas, han dado muestras de la solidaridad internacional, con protestas masivas en Madrid, Barcelona, Londrés, París, entre otras.

Foto tomada en Madrid, Esther Simón

¿Cuál ha sido la respuesta de nuestro colectivo?

Desde Memoria Viva hemos intentado dar respuesta, junto con colectivos colombianos y europeos, en la ciudad de Cali, posiblemente la que más ha sufrido la violencia policial durante este mes de paro.

Desde el inicio hemos realizado una intensa campaña en redes sociales para denunciar las violaciones de derechos humanos e instar al gobierno colombiano y a la comunidad internacional a negociar y entablar un diálogo y a cesar los excesos de violencia por parte del estado que se han demostrado durante todo este mes.

Junto con las compañeras colombianas (decidimos omitir los nombres de los colectivos y de las personas por la fuerte represión que están sufriendo) y otros colectivos europeos hemos generado iniciativas basadas en el apoyo mutuo y en las que gracias a los aportes de decenas de personas anónimas de uno y otro continente, al duro trabajo de las compañeras campesinas que recolectaron y consiguieron los alimentos y las voluntarias colombianas que se han afanado en la distribución, hemos logrado hacer dos entregas de alimentos tanto para las personas que se encuentran en los puntos de resistencia de la ciudad de Cali, como a las ollas comunitarias que apoyan a las familias más vulneradas de la ciudad. Además, gracias a los fondos recolectados hasta el momento, hemos podido dotar de elementos identificativos a las voluntarias, para disminuir el riesgo de que puedan sufrir ataques por parte de la fuerza pública o de elementos paramilitares, y también hemos dotado a colaboradoras de los movimientos sociales de teléfonos y crédito para que puedan transmitir de forma inmediata cualquier tipo de violación de derechos humanos que se produzca durante las protestas pacíficas.

Actualmente nos encontramos apoyando casos concretos de personas con las que estábamos colaborando directamente y que han sido víctimas de violencia por parte de la fuerza pública. Detenciones arbitrarias, juicios injustos, heridas por arma de fuego…Hoy estamos preparando el tercer envío de alimentos, pero seguimos precisando vuestro apoyo para contratar abogadas, seguir dotando de material a nuestras colaboradoras y poder poner en marcha acciones legales junto con otras organizaciones. Seguiremos también denunciando a través de nuestras redes las situaciones de vulneración de derechos humanos y sumándonos a las peticiones de diálogo, negociación y fin de la violencia, así como la justa reparación de las víctimas.

Si quieres apoyarnos puedes hacerlo a través de una transferencia a nuestra cuenta bancaria poniendo como asunto “apoyo Colombia”

Asociación Colectivo Memoria Viva de los Pueblos

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